Salomé Báncora, bicampeona argentina y sudamericana y olímpica en Sochi 2014, cuenta su historia dentro del ski alpino, sus inicios en Estados Unidos y habla de su actualidad de cara a la nueva temporada con las miradas puestas en Corea 2018.
-¿A qué edad y por qué comenzaste a practicar Ski Andino?
-Yo nací en Buenos Aires y mi familia nunca esquió. Pero iban de vacaciones a Bariloche y cuando yo tenía 3 años me anotaron en la escuelita de ski. Después nos fuimos a vivir allá y a los nueve años hice un intercambio a Aspen, Estados Unidos. Mi sueño era ser campeona argentina y decidí irme sola un mes y medio, con un equipo de gente que no conocía. Todos tenían de 15 años para arriba. Así que a los nueve años ya empecé a hacer doble temporada.
-¿Qué te atrajo del deporte?
-Yo hacía patín artístico y tal vez me mandaron a esquiar por movimientos parecidos. Pero el ski es un deporte único porque no hay un día igual al otro. Te tenés que adaptar a las distintas condiciones y es un trabajo continuo, mental y físico, para fortalecerte. Aunque el entrenamiento es un poco rutinario, en la competencia no hay día igual al otro. Además, me gusta mucho la adrenalina y la velocidad.
-¿Cuál fue tu primera competencia?
-Competí por primera vez en Bariloche a los seis años para el Club Andino Bariloche. Sin saber, me tiré, lo hice y gané mi primera carrera. La primera competencia importante fue en 2002 en Estados Unidos. Fue un campeonato en Aspen y lo gané. Y también competí por el Trofeo Topolino, que es como un mundial para chicos menores de 16 años que se realiza en Italia. La primera vez que participé, quedé entre las 10 mejores y fueron indicios de que podía tener un futuro. A partir de ahí, se me empezaron a dar resultados mas importantes, hasta que entre al equipo argentino.
-Lograste participar de competencias internacionales importantes, ¿cómo es participar en un Juego Olímpico o en un Mundial? ¿Lo habías imaginado?
-Me encantaba lo que hacía pero ni conocía lo que era un Juego Olímpico. Cuando empecé en los Mundiales Juniors y me comparaba con chicas de mi edad, y veía que también me clasificaba a los Mundiales Senior, y que en cada competencia tenía mejoras, pasó a ser un objetivo. Tenía la ilusión de representar a Argentina y de por sí clasificar era mi mayor sueño. Fue muy satisfactorio participar en Sochi 2014 y lograr mi mejor resultado –puesto 25 en Slalom y 47 en Slalom Gigante-. Además, tuve el honor de llevar la bandera en la ceremonia de clausura. Fue una forma de retribuirles a mis padres todo el apoyo. Haberlos escuchado a ellos por teléfono cuando me vieron por televisión, fue muy lindo y motivador.
-¿Qué análisis hacés de tu presente y cuáles son tus próximos objetivos?
-El año pasado, en los Juegos, me di cuenta que con la preparación que habíamos hecho y el resultado que conseguimos, tal vez tenga mucho más por dar y eso es lo que siento en este momento. Ahora estamos entrenando en el CENARD y tenemos un gran grupo médico que nos cuidan y nos hacen sentir mucho mejor en el aspecto físico. Este año no hay competencias importantes, así que resta entrenar y prepararme para el próximo Mundial en 2017 y clasificar a los Juegos en 2018 de Corea para lograr un mejor resultado.
-¿Qué le dirías a alguien que quiere practicar el deporte?
-Cuando uno es chico, no lo ve al deporte como riesgoso, y tal vez con el tiempo te vas dando cuenta un poco más de los riesgos. Pero también es un deporte que te fortalece en todos los aspectos. Sin dudas te hace fuerte el hecho de viajar y conocer otros lugares. Yo me formé viajando sola desde chica, y eso me ayuda a manejarme más sola, a ser más independiente en todos los aspectos de mi vida. Vas formando tu personalidad y ello te ayuda un montón. Es muy lindo.
FUENTE: FASA (Federacion Argentina de Ski y Andinismo)